El
perdón
Si
bien sabemos el perdón es una cosa esencial para tener una buena convivencia,
pero existe una persona a la cual no le gusta reconocer su errores ni pedir
disculpas.
Había
una vez una niña que se llamaba Amanda, tenía 12 años y vivía con toda su familia incluyendo a sus
abuelos. Un día, como cualquier otro, Amanda iba caminando rápidamente por el
pasillo de su colegio debido a que iba atrasada, y de repente se atravesó una
niña más pequeña y sin querer chocaron y ambas cayeron al suelo. Amanda estaba
muy molesta y le dice muy enojada a la niña “debes fijarte por donde caminas
niña tonta”. Al ser más pequeña y a la vez más sensible la niña estalló en
llanto y Amanda sólo la miró y siguió su camino.
Al día
siguiente, Amanda llegó al colegio y en la puerta la estaba esperando el
director y la pequeña que anteriormente la había tratado muy mal. Segundos
después se dirigió a la oficina de éste y posteriormente le llamaron la
atención y le pidieron que se disculpara
con su compañera más pequeña. Amanda se enfureció y le dijo al director que
ella no haría semejante cosa porque la culpa no había sido de ella. Luego el
director le aconsejó que pensara bien las cosas y que se pusiera en el lugar de
la otra niña. Amanda reflexionó y un poco antes de salir de clases buscó a la
niña y le dijo: -perdóname por a verte tratado de esa forma, la verdad es que
no fue mi intención y nunca más lo volveré hacer-.
Después
de esto Amanda, la niña de 12 años, se
dio cuenta de que tenemos que aprender a reconocer nuestros errores y que
debemos pedir perdón cuando es necesario.
Nunca
olvides que el perdón alivia el dolor.
Respuesta
Señorita
Pauli
Presente
Querida
compañera de segundo medio me gusto mucho el cuento sobre todo cuando Amanda le
pidió perdón a la niña más chica y eso fue lo que me gusto señorita Pauli.
Benjamín
Yo.
Retrato
Constanza: Es su
hermosa sonrisa la que me acomoda en una situación, esa redonda cara y esos
ojos verdes despampanantes a la luz del sol, deslumbrando y brillando como
nunca. La respingada nariz y sus pequeñas orejas la hacen ver más inteligente y
dan una sensación de armonía en ella. Al caminar resalta su altura, sus largas piernas y su largo y
delgado torso, que sin pensarlo dos veces combinan con su dorado y largo
cabello. Tiene la capacidad de ser risueña y alegre, lo que contamina a las
personas que la rodean, en particular a mí.
Gabriela: Un
cabello sedoso y claro, como el color de las castañas. Su delicada voz suaviza
la conversación y su mirada es tan profunda que siempre que te observa sabes
que algo anda bien o que simplemente algo anda mal. Es delgada y de una gran
altura, largas piernas y largos brazos. Su piel amarillenta y pálida queda bien
con sus risadas y negras pestañas y sus
cejas largas y angostas dan una pequeña sensación de ironía. Es dulce y amable,
no teme a decir lo que piensa y siempre deslumbra con su grande sonrisa y sus
labios rosados ocupando un cuarto de su delgada cara.