jueves, 3 de abril de 2014

Historias de Leonardo Díaz

Mi Historia Cotidiana

En mi clase siempre me complicaba incorporarme en los grupos de estudio, en las clases de matemática me miraban y trataban como un inferior en cuanto a conocimiento, ya que ellos en segundos respondían cualquier solución, en cambio yo me daba más tiempo para pensar. Me decían “El Tortuga” por mi tardanza al contestar una operación, pero no me importaba, yo sabía que en algún momento demostraría que su arrogancia los haría caer. Y efectivamente fue así; En clases de matemática el profesor dijo "hoy tenemos examen oral", "qué fácil, no tenemos que ni estudiar" dijeron mis ridículos compañeros. Pero algo que fue muy inesperado para ellos fue tener que explicar el procedimiento, algo que ninguno de ellos supieron decir. Y después de ver tan vergonzoso silencio, salí yo y expliqué todo al derecho y al revés, cosa que no conocían ni una. Con el tiempo, mis otros compañeros se juntaron conmigo para que les ayudaran, e  incluso después sus notas subieron, se disculparon por no tomarme en cuenta, y me preguntaron "¿Te molestó que te dijéramos tortuga?", y les dije que no, e incluso les dije "Tal vez sea tortuga, pero las tortugas son sabias".

Mi Historia Onírica

Estaba dormitando en mi cama, y de un momento a otro aparezco en el jardín de mi casa, pero había algo raro, no habían plantas, y hacia afuera no veía nada, más bien no había nada, así que supuse que tenía que entrar. Cuando subí al escalón, de un segundo a otro mi casa se alteró; los cuadros desaparecieron, los colores de todas las cosas se invirtieron, y al parecer solo podía avanzar. Pasé por la cocina, y esta estaba al revés; lo que estaba a la derecha se puso a la izquierda, y viceversa, eso me extrañó, pero no tanto como lo que me sucedió antes. Pasé hasta al pasillo de mi habitación, el cual tenía agujeros en el suelo, me pareció curioso, pero lo ignoré y pasé a mi habitación. Me sorprendí de que lo único que no cambió en toda mi casa fue mi pieza, y como me sentía nervioso, decidí ir a mi cama, pero por una extraña sensación decidí darme la vuelta para ver si algo pasó, y efectivamente fue así; la puerta de mi pieza desapareció de su lugar y no había ni siquiera una ventana en mi habitación, sentí como un "chispazo" y me volteé rápidamente. Vi entonces que la puerta cambió de lugar y se posicionó delante de mí. No tenía otra opción, así que entré. Al pasar ví un salón gigante, en el cual habían muchas puertas, todas raras y diferentes, las paredes y el piso eran monocromos, de blanco a negro, de izquierda a derecha. El salón era un lugar que jamás he visto y era muy silencioso, comencé a caminar para acercarme a una puerta  y examinarla. Me acerqué a una puerta hecha, al parecer, de piedra, y en el medio de esta había una extraña forma, decidí abrirla, y en ese momento sonó un sonido muy inusual, parecido al de los elásticos. Después de pasar encontré un lugar muy oscuro, avancé en las tinieblas sin encontrar nada, pero de un momento a otro me topé con algo que brillaba como una luciérnaga, me dio curiosidad ver algo en un lugar así, me le acerqué y me fijé que cada paso que daba al acercarme hacía que se iluminara el “mundo” al que había pasado. Cuando llegué me di cuenta que el espacio tan lúgubre en el que estaba en realidad era un mundo con colores de neón; en el suelo y en el cielo habían luces brillantes y de colores en un cielo nocturno, y se intensificaba o se apagaban dependiendo de la distancia de la “luciérnaga” que ví. Pero en realidad lo que parecía un insecto era mas bien un bulto, una cosa que estaba en el suelo plantado, me agaché, lo toqué, y se encendió, parpadeaba, y supuse que era como una criatura. Esta criatura se apegó a mí, y la encontré divertida, pero en un segundo saltó a mi cara, me estaba tapando todo, intenté sacármela como pude, pero se resistía, no pude más y me dejé, y la “babosa” ya no estaba, me levanté y me tranquilicé. Quería avanzar, pero me sentía extraño, me toqué el pecho porque sentía rara la respiración, y estaba pegajoso y blando, era el bulto que se pegó a mí, me exalté pero no me dolía, decidí irme de ahí, pero el lugar se estaba apagando de nuevo y quería encontrar algo, todo se puso tenue, ni siquiera yo me veía, no sabía que hacer ahora. Y se me ocurrió algo, la babosa que se me pegó al pecho era como una linterna, no sabía como encenderlo, le hablé, lo presioné, pero no resultaba, y decidí dejarme llevar, pensé en luz, y resultó, y me di cuenta que la “linterna viviente” ahora era parte de mí, todo se encendió de nuevo, pero las luces no eran de colores, ahora eran rojos, y atrás me perseguían más bultos, algunos más grandes que yo, y eran mas raros, unos se estiraban, otros se cortaban en el aire, unos se inflaban, y otras locuras. Comencé a correr, y sentí un “squeak” en el zapato, lo miré y había sangre, y en el otro también, con asco saqué lo que había y era un pedazo de masa, y era un bulto muerto. Haber pisado y matado por accidente a una de esas “criaturas” debió de enfurecer a todos los otros que no ví. Corrí hasta la exaustación, pero la tropa de bultos me alcanzaban, y al frente mío encontré la puerta que me trajo aquí. Ya estaba llegando, pero me alcanzó una de las babosas, me cayó en la cabeza y  caí, todas me rodearon muy alteradas cambiando de formas y distorsionándose. Cerré los ojos cuando me tocaron, y aparecí en otro lugar, en un pequeño espacio del mismo “mundo”. Iba a salir, pero no pude pasar, era una fuerza que de algún modo me mantenía ahí. No podía hacer nada, solo ver los bultos que se veían a lo lejos. Quise despertar y no podía, lo intenté,  pero sabía que me adentre mucho en el sueño como para despertar fácilmente. Cuando ya hice lo que pude, sentí el brazo pesado, y se me ocurrió una idea, levanté el brazo, acerqué mi mano a la mejilla y me piñisqué fuerte, todo se fue en un flash y aparecí en mi cama ya despierto, tenía la mejilla algo roja pero mi plan para volver a la realidad funcionó bien, y justo a tiempo, ya que los intentos para despertar casi me hacen caer de la cama.

Mi Historia Mítica

Hace tiempos remotos, en los campos existía, un árbol gigante, este era el “Árbol de los Sabores”, un árbol de 15 mts. de altura que contenía a todas las flores y frutas existentes que no se daban a conocer en esos tiempos, porque era el único árbol que daba estos frutos. Las personas viajaban desde muy lejos para recolectar las fragantes flores y los deliciosos y coloridos frutos que usaban para diferentes asuntos, como alimentos, medicamentos, pintura, adornos, y otros usos que les daban. Cada grupo de pueblos tenían una flor y fruta determinada, sacando y recolectando solo lo que les correspondía. Pero después de un tiempo los pueblos se cansaron de usar siempre la misma flor y la misma fruta, y el pueblo que vivía más cerca del árbol, una noche decidieron hurtar la fruta de otros, y cortar las otras flores también. Tiempo después cuando todos los pueblos fueron a recolectar lo que les pertenece,  no les alcanzaba, no había suficiente, y vieron que el pueblo cercano se llevó lo suyo. Comenzaron a pelearse por las flores y frutos, cada bando intentaba llevarse más que los demás, teniendo diversas flores y frutos a la vez. El batallón prosiguió por varias semanas, y llegó el momento de culminación de la Madre Naturaleza, furiosa por la ignorancia y el egoísmo de las personas. El día final de la guerra de flores y frutas fue cundo por coincidencia todos los pueblos asistieron al punto de encuentro, frente al Árbol de los Sabores, y cuando estaban a punto de librar una batalla encarnizada por lo suyo, la Madre Naturaleza comenzó a soplar y a nublar la noche, provocando unos truenos que obligó a la gente a refugiarse. Un gran rayo impactó en un segundo el gigantesco árbol, derribándolo instantáneamente. Los pueblos quedaron pasmados ante tal acto de luces que terminaron con su discordia. Lo único que quedaron eran las semillas de los frutos ya aplastados, que recogieron uno por uno. Los pueblos se apaciguaron, se disculparon, y, en vez de guardar las semillas, ya que ellos no sabían que hacer con ellas, decidieron plantarlos en memoria del Árbol de los Sabores en ese mismo lugar, y justo en ese momento comenzó a llover.
Tiempo después los pueblos volvieron al campo a recordar al Árbol de los Sabores, pensando de que si no hubieran hecho esos pleitos, ahora tendrían muchas frutas y flores. Pero en vez de ver solo un campo, vieron una gran plantación de árboles que comenzaron a dar sus primeros frutos, y cada uno justo en la posición de las semillas, dándose cuenta  que las semillas crecían y regalaban más frutos del mismo tipo. Cada pueblo agarró un puñado de semillas de árbol de sus frutos y flores, pero esta vez razonaron mejor, y decidieron intercambiar algunas de sus semillas cada uno para que todos tuvieran de todos los frutos.
La gente que viajaba por las tierras de esos pueblos escuchaban la historia de la guerra de frutas, y aprendieron acerca de las semillas, y estas personas también comenzaron a plantar en tierras mucho más lejanas, dejando plantaciones de árboles en los caminos que recorrían y en las tierras que llegaban. Así este conocimiento de los frutos se esparció por todo el mundo, y por eso hoy en día hay tantos árboles plantados en todas partes, y aún se transmite la enseñanza de la plantación.

Mi historia Fantástica

Era una tarde de primavera, todo se veía bien como todos los años con las fragantes flores y los verdosos campos que se extendían lejanamente, Eusebio contemplaba el sol como siempre, en su descanso, bajo un gran roble cercano a su casa. Eusebio estaba sentado en la raíz del árbol, pensando el futuro y en su presente, porque se sentía agobiado por su presente, para todo tenía un problema, y se le acumulaban tanto los asuntos, que simplemente se escapaba de todo dejándolo botado, y se iba al roble. Eusebio estaba dormitando, pensando en todo los problemas que le pesaban, y se quedó dormido.
Después de su dura siesta él se levantó de su lugar, pero él sentía algo diferente, aunque no se preocupó de eso, hasta que enfrente de su nariz cayó la última hoja seca y oscura del gran roble…

Mi Historia de Ciencia Ficción

En una época lejana de mayor desarrollo, se comenzaba a crear mejor y progresivamente todas las arquitecturas y transportes que incluso ya levitaban, además de la considerable mejora de los trabajos de las personas y sus capacidades avanzadas, y todo gracias al inventor Eusebio. Eusebio es un inventor que todo el tiempo soñaba mucho, el tenía muchas ideas que quería realizar de joven, pero que para esos tiempos la tecnología no estaba muy avanzada, y era científicamente imposible realizarlos con esa ciencia pasada. Pero en uno de sus variados sueños, el soñaba que se encontraba trabajando en un experimento, pero que tenía brazos extras para manipular más herramientas, y la idea que tuvo lo despertó de golpe: inventar brazos articulares extras que se puedan poner y sacar. Y así, dedicó años para crear eso, y al fin pudo hacerlo; el “five-extrarm”, unos brazos robóticos que al conectar a una superficie del cuerpo, automáticamente se conectara al cerebro sin ningún daño, y de esa forma simplemente se use como un “brazo extra”. Esta invención le dió un gran impulso a la tecnología, no solo por la innovación, sino por el gran apoyo que dió, porque la gente podía usarlas para trabajar con más cosas al mismo tiempo, la productividad aumentó, e incluso se hizo rápido la mejora de  los hogares, teniendo incluso hasta edificios que se podían hacer y cambiar el estilo y diseño con solo un botón.

Pero solo había que darles tiempo para usarlos inapropiadamente, porque la gente comenzó a ser atacantes aprovechándose de la facultad para atacar a otros golpeándolos con puños extras y varias armas al mismo tiempo, y los ladrones usaban para sus propósitos los brazos robados, y huían fácilmente gracias a las “five-extrarms”. La gente comenzó a criticar negativamente al científico Eusebio, y en una conferencia, en vez de presentarse y hablar, simplemente levantó un control y presionó un botón que había en el, desactivando todos los “five-extrarms”, luego explicó que él ya había supuesto que eso pasaría, y que lo único que quería era un presente mayor desarrollado, para por fin poder realizar sus múltiples y variadas ideas. 

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